[05/10/2008] Hoy por fin hemos salido Sergio y yo por el Montseny. Si no contamos mi paseo por San Elías del otro día, que sirvió para desoxidarme, ésta es la primera salida real en más cuatro meses... y nos lo hemos pasado súper bien, aunque hemos tenido un percance con un vigilante del Parque Natural del Montseny. Pero tiempo al tiempo... vamos por partes...
He ido de empalmada, es decir, sin dormir. Nada. Daban motos por la tele, el Gran Premio de Australia de MotoGP, que empezaba a las 4 AM con la carrera de 125 y acababa a las 8 de la mañana, así que habíamos quedado para salir a las 8:30. El problema ha sido que entre los nervios de la salida y el resfriado que tengo encima no he conseguido dormirme antes de las carreras. Así que sin dormir nada de nada de nada a las 8 ya estaba preparándome: rodilleras, pantalón, botas, armadura, camisa de cross y chaqueta de cordura. Pues sí normalmente no la llevaría hasta más adelante porque con lo que se suda encima de la moto no hace falta, pero como tengo un castañazo del 15 he preferido no pasar nada de frío... y he acertado porque hoy hacía una rasca arriba de la montaña... ¡¡¡buaaaaaf!!!
La moto ya la tenía preparada del día anterior: cadena tensada y engrasada, aceite de motor y líquido del radiador revisados, etc... y a las 8:30 en punto fui a buscar a Sergio.
Salimos puntuales hacia el Montseny, aunque sin destino fijo. Hablamos antes de salir de ir al Turó de l'Home, a la antigua base militar como otras veces, para almorzar en Santa Fe del Montseny en una restaurante que se llama L'Avet Blau (El abeto azul), pero a medio camino decidimos tirar hacia el Pla de la Calma para desayunar en el restaurante Collformic.
Para llegar hay que hacer unos 30-40 km de pistas y caminos de todo tipo. Todo el primer tramo hasta las Piscinas del Montseny, he ido yo delante y me he encontrado muy bien encima de la moto. He ido muchísimo más rápido que dos semanas antes cuando salí solo. Llevábamos un ritmo fuerte pero sin pasarse de forma que en las curvas cerradas pudiéramos frenar a tiempo si nos salía una Land Rover, un ciclista o un grupo de excursionistas. La verdad es que ahora la moto la llevo yo y no al revés y eso es mucho decir. A veces me doy cuenta de que como estoy conduciendo y alucino porque hay cosas que me salen de forma natural que hace un año no me habrían salido ni forzándolas. Por ejemplo, llego a una curva, freno un poco de atrás y saco una marcha, la rueda trasera empieza a patinar y la moto se cruza, pero da igual, encaro la rueda delantera sin que la trasera deje de patinar, uno, dos, tres metros, ya he encarado la delantera, acelero, la trasera agarra y la moto se endereza, salgo lanzado hacia a delante, subo marcha sin embrague y llega la siguiente curva...
Como decía hasta las Piscinas del Montseny he ido delante y desde ahí ha ido Sergio. Normalmente no puedo seguirme pero esta vez sí. Él no iba fuerte fuerte pero sí a un ritmo ligero y yo podía seguirle manteniendo un ritmo parecido al de antes cuando yo iba delante. Había bastante polvo a pesar de las lluvias de la semana pasada pero mucho menos que otras veces. Este tramo del camino está bastante roto, con mucha piedra suelta, grietas y rocas. Las primeras veces me costaba mucho porque intentaba forzar a la moto a que pasara esquivándolo todo pero ahora ya no. Llevo la moto mucho más suelta de manillar y por eso puedo seguir un ritmo más alto. Además con el polvo que levanta la moto de delate, si vas 5 metros por detrás, como iba yo, la mayoría de las veces no ves por donde pasas y lo que más me ha costado de la adaptación a la KTM de enduro es coger la confianza de que da igual lo que pises, si la moto de delante pasa, yo también. A medio camino nos paramos a descansar e hice unas fotos:
Almorzamos en el Collformic que es un restaurante que está en el punto más alto de la carretera de Santa María de Palautordera a Seva y además el punto de acceso al Pla de la Calma. Por lo tanto el restaurante está frecuentado tanto por moteros de carretera y de montaña como por ciclistas y senderistas. La especialidad es la butifarra, aunque nosotros tomamos una ligera tortilla que sino luego no hay quien se vuelva a subir a la moto.
Al salir mientras decidíamos a donde ir a continuación, nos encontramos con otro grupo de endureros con tres KTM de 2 y 4 tiempos y estuvimos comentando que ahora casi todos los caminos están prohibidos y que no hay forma de ir a algunos sitios sin dar largos rodeos por carretera, pero los ciclistas sí que pueden meterse. En realidad la única forma de salir del Pla de la Calma es por carretera o volviendo por donde habíamos venido o pasando por algún camino prohibido... así que nosotros decidimos ir hacia Cànoves a pesar de que sabíamos que nos encontraríamos una señal de prohibido el paso o una cadena. Todos esos caminos en nuestra juventud estaban abiertos y los hemos recorrido en moto cientos de veces pero ahora con la estúpida ley de acceso al medio natural los están cerrando todos y al final sólo vamos a poder circular por caminos prohibidos.
En realidad vale que no hay que ir haciendo el loco por donde a uno le de la gana y que hay gente que se pasa, pero estamos pagando justos por pecadores y no es honesto prohibir porque sí la circulación por todos los caminos cuando en realidad nunca nadie ha demostrado que provoquemos incendios sólo por pasar. Nosotros siempre bajamos el ritmo con los ciclistas y caminantes, saludamos a la gente en la montaña y no creo que nunca nos hayan llamado la atención. En fin...
El caso en que nos despedimos de los otros tres y tiramos para Cànoves por caminos que conocíamos perfectamente de cuando estaban abiertos... es una zona muy bonita, muy húmeda a diferencia de otras partes del Montseny. Llegamos la Ermita de San Salvador también llamada Ermita de Cànoves y nos encontramos un vigilante del parque natural que nos dio el alto. Podría haberle esquivado y haberme dado a la fuga. Él iba a pié y nunca nos habría cogido. Además es poco probable que le hubiera dado tiempo a pillarnos la matricula pero decidí pararme y hablar con él. Estuvimos charlando más de media hora. Es un tío agradable y la conversación fue cordial, sobre el parque, sobre los caminos y rutas, sobre las normas y aunque se empeñó en apuntarnos las matrículas reconoció que no íbamos haciendo el loco ni nada por el estilo. Ya veremos...
Al final habremos hecho unos 70 km. y yo personalmente me lo he pasado de miedo. Ojalá pudiera salir cada semana. Estoy cansado pero no agotado y no me duele nada... de momento. Veremos mañana.
Actualización: [06/10/2008] Me he levantado hecho polvo. No me duelen los músculos pero sí las articulaciones. Será que me hago viejo... ja ja ja ja...
domingo, 5 de octubre de 2008
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1 comentario:
Vengo desarte la continuación de buena viage.
Abrazos.
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