[2/10/2009] Viernes, 20:00 h.
Dando una vuelta en bici me encuentro a mi amigo Sergio en el bar de la urbanización y me paro a tomar un quinto y charlar un rato.
-¿Salimos el domingo?
-No se... me gustaría ver las MotoGP.
-Pero esta semana empiezan tarde, nos da tiempo a dar una vuelta y almorzar.
-¿A que hora son?
-A las doce y media creo.
-Pues entonces sí... si quedamos prontito.
-Vale, te llamo mañana que no se si me arranca la moto.
-Buaaa y yo estaré sin batería.
-Venga nos llamamos mañana.
Sábado, 17:00 h.
El otro día comentaba lo que le costó arrancar a la KTM tras 4 meses parada. Eso fue a principios de septiembre... y ya ha pasado otro mes. ¡¡¡Buuufffff!!! No hacemos una salida por montaña en condiciones desde... desde el día que estrené las ruedas nuevas... y eso fue... ¡¡¡¡¡a principios de abril!!!!!
El caso es que durante el verano había revisado personalmente la moto, pero antes de cada salida suelo volver a comprobar el estado general: tensión y engrase de la cadena, nivel de aceite, agua del radiador, frenos, etc. Una vez revisado todo intento arrancarla. El primer intento es un fracaso. El motor de arranque gira pero no lo bastante para poner el motor en marcha. Así que con las enseñanzas del otro día bien aprendidas procedo a tumbar la moto hasta que sale gasolina por el carburador y a arrancarla empujando cuesta abajo. Arranco a la primera. Me doy un par de vueltas a la manzana a ver si carga algo la batería pero no consigo nada.
Sábado, 21:30 h.
Estando en casa, haciendo la cena, suena el móvil. Sergio.
-¿Que pasa tío?
-Ey, David, ¿Que tal? ¿Quedamos mañana a las 8 y media?
-Vale. ¿Has podido arrancar la moto?
-Si tío, he tenido que desmontar el grifo de la gasolina pero ya está arreglada.
-Pues mañana a las 8:30.
-Venga hasta mañana.
Domingo, 8:00 h.
Salto de la cama en cuanto suena el despertador. ¡Que ganas tengo! Un primer vistazo al tiempo me indica que el día va a ser perfecto para salir en moto. Hace fresco, 16º C. pero esta saliendo el sol. Ideal para ir a la montaña. Me preparo un café con leche y bajo al garaje a vestirme. Me lleva como un cuarto de hora ponerme y ajustarme todo el equipo... pero es que son un montón de piezas: botas, rodilleras, pantalones, armadura (lleva espaldera, hombreras, coderas, peto y dos fajas), camisa de cross, una braga tapando boca y nariz, casco, guantes y una riñonera que lleva herramientas de emergencia, los papeles de la moto, la cartera y el móvil, todos ellos protegidos en bolsas de plástico.
Domingo, 8:30 h.
Arranco la moto "a patada" a la primera, y puntual salgo para casa de Sergio, a 100 metros escasos. Está acabando de "vestirse". Cinco minutos más tarde ya encaramos el camino de salida de la urbanización. El primer tramo del camino, muy conocido por haber pasado por ahí cientos de veces, nos sirve de calentamiento para desentumecer los músculos y recordar sensaciones encima de la moto. Aun me parece increíble lo bien que traccionan y lo bien que frenan estas motos sobre tierra. Vamos tirando unos kilómetros en dirección primero a San Pedro de Vilamajor y luego hacia la urbanización de los Refugios del Montseny. Sergio siempre delante y yo más atrás pero sin perder el ritmo, que todo hay que decirlo, no es demasiado rápido todavía. Sergio para en Los Refugios y señalando a los brazos hace un expresivo gesto que quiere decir "estoy destrozado"... y sólo acabábamos de empezar. Yo estoy igual que él. Me duele todo. Demasiado tiempo sin subirnos a la moto uno y otro.
Sergio me dice que tire yo delante un rato. A estas alturas la batería ya se había cargado, así que arranco y tiro por el camino de la Ermita de San Elías. Como siempre que me pongo delante intento mantener un ritmo alto. No me gusta que nadie tenga que esperar por mi. Me lo estoy pasando genial. La moto se porta de maravilla. Los neumáticos nuevos no están dando problemas... pero tampoco me permiten relajarme porque se portan diferente dependiendo del tipo de terreno. Por ejemplo tienden a derrapar mucho sobre tierra dura pero en cambio agarran un montón sobre piedras. Pasamos recto el desvía a San Elías y seguimos hacia el Polell primero y las Piscinas del Montseny después. Dejo pasar a Sergio después de un rato y él sube el ritmo, pero yo no me despego. No vamos "a fondo" pero sí alegres. Me siguen doliendo los brazos pero es soportable. No me canso demasiado. Llegamos a las Piscinas del Montseny y paramos a descansar y comentar la jugada.
No es que llevemos mucho trecho pero los meses de inactividad se notan. Seguimos tirando hacia el Pla de la Calma. Se trata de una pista ancha apta para todo terreno, pero con bastante piedra que me trajo de cabeza las primeras veces que pasé por ahí. Es un camino muy "roto" y los demás me sacaban un mundo. Esta vez en cambio la hice sin problemas a bastante buen ritmo. Atrás quedaron los tiempos en que me daba miedo ir fuerte por las piedras. Estas motos se portan de maravilla en todo tipo de terreno. Basta con encarar la rueda delantera y decirle "por ahí"... y por ahí pasa. Da igual que haya baches, grietas, piedras... pero hay que creérselo y eso es lo difícil. Sergio iba delante todo el rato y yo a su "rebufo" pero a mitad de pista me colé en un par de frenadas y me sacó unos metros que luego no puede recuperar.
Una vez arriba, en el Pla de la Calma, hay una serie de pistas para coche. Bastante lisas, de tierra compactada con una película de arenilla suelta encima que es de lo peor. No agarra nada. Ahí protagonicé la colada del día... llegando a unos 70 km/h a una chicane izquierda-derecha en bajada fue tocar el freno y ponerse a derrapar las dos ruedas. No pasa nada, eso lo hacemos continuamente pero no hay nada de agarre y me voy largo... largo.. largo... hasta el margen del camino donde hay una especie de zanja con pedruscos de dos palmos... pero que ostia me voy a dar... ahí recupero bastante el control para encarar la rueda delantera... entro en la zanja... gaaaaaaaas... y la moto pasa por encima sin inmutarse y vuelvo al camino. En estas Sergio ya me ha sacado otra vez 40 metros de ventaja... así que más gas pero con cuidado mientras se bajan los "güevecillos" a su sitio...
Llegamos a Collformic y nos metemos un almuerzo no demasiado bestia porque sino luego no hay quien se vuelva a subir en la KTM. El tiempo ha sido genial, aunque ya empieza a hacer calor.
La vuelta la hacemos por el mismo camino en orden inverso. Nada más salir de Collformic nos encontramos tres chalados de carreras en mountain bike. Nos aparecen de frente, los tres en paralelo, picados, en una curva en subida (bajada para ellos). Sergio se tira al margen y yo detrás. Pasan rozando. No se como no se ha caído alguno. Luego los peligrosos somos los que vamos en moto. ¡¡¡Hay que joderse!!! Ahora tiro yo delante bastante rato. Me lo estoy pasando teta. Empiezo a derrapar a la salida de las curvas en bajada sólo por divertirme. La moto responde al más mínimo toque de gas. Siento que la controlo. Me siento bien. Llegamos a los caminos conocidos de San Elías y Sergio se pone delante y empieza a tirar de verdad. Ahora sí va rápido. Yo le sigo a rebufo e incluso consigo volver a acercarme cuando me saca unos metros. ¡Bieeen! Paramos en el desvío a San Elías. Estamos sudando, contentos. Ya no nos duele nada. Ahora tiro yo delante... hasta casa sin parar. En el último tramo se que Sergio va a intentar pasarme así que tiro todo lo que puedo. Oigo su motor petardear. Llega una pequeña recta con un charco enorme. Se pone casi en paralelo. Le saco media moto. Gas en tercera o cuarta, pequeño toque al manillar para que se levante la rueda delantera y paso el charco gas a fondo en semicaballito. Arrrrrrrrrr... Frenada. Curva de derechas cerrada... gaaaaaaaaaasss... dos curvas rápidas y ya se acabó... ¡Oleeeeé!
De ahí a lavar las motos con la Karcher, mientras nos reímos y comentamos los detalles de la salida. Y luego a ver el MotoGP...
Lunes, 16:00 h.
Acabo de escribir esta crónica. Aun me dura la sonrisa de oreja a oreja... pero me duelen hasta las pestañas. Me he levantado con unas agujetas del 15. Me duelen especialmente los antebrazos, los bíceps, los hombros, la parte superior de la espalda, los muslos y los gemelos... pero me duelen incluso músculos que no sabía que tenía...
Que ganas de que llegue la próxima...
domingo, 4 de octubre de 2009
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